Mientras disfruto del inmenso placer que me causa escuchar la música de Pearl Jam, recapitulo a cerca de los distintos enfoques que le he dado a mi situación actual, y mientras hago eso, me digo a mismo “Coño.. tienes el blog abandonado…” y es cierto, mentiría si digo que es falta de tiempo, pero la verdad no es así, la cosa es que ando sin hacer nada y mi tiempo lo invierto única y exclusivamente en hacer nada y decir que no estoy haciendo nada, para sentirme un completo bueno para nada, inclusive para escribir en mi propio blog. Pues bien, dicho esto ya es hora de hacer algo; así que A Escribir!!!
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Hace un par de semanas decidí aceptar una invitación de un grupo de amigos a un conocido local nocturno cumanés, la verdad es que el simple hecho que yo vaya a un local así, y más aun acá en la ciudad, dice mucho de mi contrastante opinión acerca de los lugares nocturnos de la capital sucrense. Salí por dos motivos, el principal, para compartir con mi novia y mis amigos un rato agradable y segundo por una incontrolable curiosidad de conocer “La movida nocturna cumanesa” pues bien, todo fenomenal, no había mucha gente, la noche estaba fresca y la gente se veía bastante aceptable, hasta que un grupo de individuos de aspectos un poco sombrío hicieron acto de presencia, la cual, evidentemente nos puso un poco incómodos, ante esta situación decidimos hacernos de la vista gorda y disfrutar, pero hay que admitir que no es fácil dejar de pensar en que podría pasar estando cerca de sujetos de altísima peligrosidad que son buscados, y no precisamente por la policía (sus cómplices mas notorios) sino por otros delincuentes. Es increíble, como nuestra sociedad ha hecho un cambio radical en su manera de ver el mundo y las situaciones, la exaltación de la delincuencia como modo de vida ha llegado hasta límites inimaginables, tanto así, que ya se hace “Normal” ver a tipejos armados caminando por las calles, bajo la mas asquerosa impunidad y a su vez siendo estos vitoreados y alabados por la muchedumbre del arrabal que exclaman día a día frases como; “fulanito..? ese? Ese si que es un pran (Delincuente) de verdad..” Triste, pero así nos va…
Hace un par de semanas decidí aceptar una invitación de un grupo de amigos a un conocido local nocturno cumanés, la verdad es que el simple hecho que yo vaya a un local así, y más aun acá en la ciudad, dice mucho de mi contrastante opinión acerca de los lugares nocturnos de la capital sucrense. Salí por dos motivos, el principal, para compartir con mi novia y mis amigos un rato agradable y segundo por una incontrolable curiosidad de conocer “La movida nocturna cumanesa” pues bien, todo fenomenal, no había mucha gente, la noche estaba fresca y la gente se veía bastante aceptable, hasta que un grupo de individuos de aspectos un poco sombrío hicieron acto de presencia, la cual, evidentemente nos puso un poco incómodos, ante esta situación decidimos hacernos de la vista gorda y disfrutar, pero hay que admitir que no es fácil dejar de pensar en que podría pasar estando cerca de sujetos de altísima peligrosidad que son buscados, y no precisamente por la policía (sus cómplices mas notorios) sino por otros delincuentes. Es increíble, como nuestra sociedad ha hecho un cambio radical en su manera de ver el mundo y las situaciones, la exaltación de la delincuencia como modo de vida ha llegado hasta límites inimaginables, tanto así, que ya se hace “Normal” ver a tipejos armados caminando por las calles, bajo la mas asquerosa impunidad y a su vez siendo estos vitoreados y alabados por la muchedumbre del arrabal que exclaman día a día frases como; “fulanito..? ese? Ese si que es un pran (Delincuente) de verdad..” Triste, pero así nos va…
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